Tras años de malas, una posible buena noticia: la isla de plástico del Pacífico no está

22/09/2014 - 12:20 am
La contaminación de los oceanos es un tema urgente que hay que resolver, pero a menudo se ve empañado por falta de información real. Foto: EFE
La contaminación de los océanos un tema urgente que hay que resolver, pero a menudo se ve empañado por falta de información real. Foto: EFE

Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo).- Es probable que muchos hayan oído hablar de la “Isla de basura del Pacífico”, también conocido como el “parche de basura del Pacífico”.

Se trata de una región en el norte del océano Pacífico donde la corriente en chorro del norte y los vientos alisios del sur, moviéndose en direcciones opuestas, crean una vasta región que da vueltas suavemente en el agua llamado el Giro del Pacífico Norte.

Pues bien, desde hace años es del conocimiento general que en el centro mismo de este gran sistema de corrientes marinas rotativas hay toneladas de basura de plástico. No es necesario acudir ahí para comprobarlo. Basta con observar imágenes de este punto y comprobar que, en efecto, se trata de un gran basurero situado en medio del océano.

Sin embargo, puede que todas esas imágenes que tanto se comparten en las redes sociales sobre el alarmante problema de contaminación oceánica no sean tan legítimas después de todo.

De acuerdo con el sitio io9, algunas (por no decir muchas) de las imágenes que circulan en la red sobre la llamada “Isla de la Basura” son de otras partes del mundo. No obstante, esta no es la única imprecisión al respecto, pues al parecer es sólo una de las muchas ideas erróneas del público tiene acerca de lo que realmente está sucediendo a los plásticos en el océano.

Fotos como esta, del puerto de Manila, se anuncian regularmente en las redes sociales como la "Isla de basura" del Pacífico. Foto: io9
Fotos como esta, del puerto de Manila, se anuncian regularmente en las redes sociales como la “Isla de basura” del Pacífico. Foto: io9

Al igual que gran parte de la información que circula por medio de las redes sociales, lo que se sabe de la “Isla de Basura” tiene un toque tanto de alarmismo como de verdad. Sin embargo, a estas alturas, es mucho más probable que sean más los mitos que circulan al respecto que los datos verídicos, y aún más las ideas erróneas que el público tiene acerca de lo que realmente está sucediendo con los plásticos en el océano.

Para empezar, no se trata de una isla como su nombre lo propone, y mucho menos se trata de un depósito sólido similar a la masas de tierra firme que reciben tal denominación. No obstante, esto no quiere decir que no exista un problema de contaminación. Actualmente hay millones de microscópicas piezas de plástico (alrededor de .4 piezas por metro cúbico) flotando sobre una superficie de cinco mil kilómetros cuadrados en el Pacífico. Un porcentaje que se ha incrementado significativamente en los últimos 40 años.

De acuerdo con Miriam Goldstein del Instituto Scripps de Oceanografía, la mayoría de las piezas de basura en el Pacífico son de “aproximadamente el tamaño de la uña del dedo meñique”. Por otra parte, aunque ella y su equipo han encontrado algunas piezas grandes de plástico, como boyas y los neumáticos, la mayoría son microscópicos. Aún así, lo que es alarmante sobre estos residuos no es su tamaño, sino la enorme cantidad de plástico.

Es por esto que, recientemente, Goldstein y su equipo acaban de terminar un estudio de cómo plástico está cambiando el ecosistema en el Giro del Pacífico Norte, así como sobre los mitos y realidades de la mancha de basura del Pacífico.

CON RIESGOS

Para calcular la cantidad que hay en realidad, la bióloga marina y su equipo rastrearon la superficie del océano en lugares al azar sobre una región de mil 700 kilómetros cuadrados dentro del giro. Una vez al día, arrastraron una fina red especializada detrás del barco. En uno de esos viajes de muestreo encontraron piezas de plástico en 117 de las 119 muestras aleatorias. En otro, encontraron plástico en todas las 28 muestras que tomaron.

Desde la década de los 70, los científicos han estado utilizando los mismos métodos de toma de muestras, así como los mismos tipos de redes de arrastre. Todos ellos fueron inventados por la oceanógrafa Lanna Cheng para medir la cantidad de plástico en el océano. De esta manera, Goldstein y sus colegas fueron capaces de hacer comparaciones históricas y medir el aumento de la densidad de plástico, las cuales aparecen en un artículo reciente en el que escriben que los “escombros de microplástico en el Pacífico Norte se incrementaron en dos órdenes de magnitud entre 1972-1987 y 1999-2010 tanto en concentraciones numéricas como de masas”.

Sin embargo, las investigaciones no paran ahí, y recientemente los científicos investigadores de un proyecto multidisciplinario llevado a cabo en el la Expedición Malaspina dieron a conocer recientemente algunos de los resultados de sus análisis, los primeros de la historia de la ciencia que ofrecen una panorámica general y completa de los océanos del mundo, dio a conocer el diario español El Mundo.

Así, se encontró que la mayoría de los peces que habitan profundidades comprendidas entre los 400 y los 700 metros se alimenten de residuos plásticos. Esta es la hipótesis que plantea el equipo científico para justificar la ausencia en los mares del 99 por ciento del plástico que anualmente acaba en el mar, con lo que se rompe el mito de la imaginaria “isla de plástico” en el Pacífico noroeste y ha señala además que no hay evidencias de un aumento de la masa de plástico en los océanos desde hace 20 años.

No obstante, a pesar de tan “esperanzadora” noticia, hay que tener en cuenta también que muchos de los contaminantes que pueden encontrarse en los océanos son liberados en el medio ambiente mucho antes de llegar a las costas.

Según National Geographic, este exceso de nutrientes puede provocar un crecimiento masivo de algas que consumen el oxígeno del agua, generando zonas en las que no puede haber vida marina o apenas existe. No se trata, para nada, de un problema menor, y ya los científicos han descubierto 400 zonas muertas con estas características por todo el planeta.

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